"Frascos de farmacia" ADQUIRIDO |
Luis Alberto Romero nace
en Soria en 1970, y ya en 1984 empieza a dar sus primeros pasos en el mundo de
la pintura, iniciando su trayectoria con varias exposiciones en su ciudad
natal.
Hace un año decide
acercarse al mar y se instala en Málaga, ejerciendo esta ciudad andaluza gran
influencia en la presente etapa del artista, sobre todo a nivel de técnica,
cada vez más depurada, pero sin olvidar en ningún momento la temática
figurativa característica de su etapa castellana.
Sin duda en sus últimas
obras se aprecian los conocimientos adquiridos bajo la tutela del pintor
malagueño Ruiz Blanco, con quien Luis Alberto ha entendido su verdadero viaje a
través del arte.
Berta Sanz Aldea. 1996.
"Relaciones" ADQUIRIDO |
El lenguaje artístico es
el vehículo que emerge de las profundidades psíquicas de la conciencia lo más
auténtico del espíritu, lo más puro del alma y no está mediatizado por ningún
tipo de estructuras o formas lógicas que puedan transformar la genuina y
original expresión.
Acudimos a esta cita
curiosos, deseosos de buena pintura joven y renovadora, pero lo hacemos como
cuando contemplamos el atardecer, el ocaso, desnudos libres de taras
psicológicas y abiertos a todo aquello que acontece en ese instante liberador.
Sólo de esta forma
podremos admirar la obra de este nuevo valor de la pintura realista. Pintura
impregnada por el toque elocuente de lo clásico en su ejecución, aunque con
claras connotaciones vanguardistas en su concepción.
Temática, buen hacer y
frescura, hacen de esta exposición una muestra de inmejorable interés
artístico.
Por todo ello animo a que
disfrutéis de estas obras, que no son más que la sincera expresión de este
joven artista, Luis Alberto Romero.
Ruiz Blanco, pintor. 1997.
"El desayuno" ADQUIRIDO |
La inmaculada blancura, en
ocasiones insoportable, del lienzo, provoca desde su lasciva virginidad deseos
irrefrenables de posesión. Hay que doblegarla, cubrirla, taparla, violar su
intimidad para que al perder la inocencia en la mirada permita al artista
vislumbrar el alma que yace dormida en el interior, y en su empeño de
interpretarla se convierta en un hacedor de sueños inalcanzables… en un
buscador de nuevas realidades.
Berta Sanz Aldea. 1997.
"El aseo" ADQUIRIDO |
Sutil evidencia de lo pasado;
enigmática niebla
que envuelve el momento transcurrido;
escenas fantasmales que,
como lacónicas huellas de lo vivido,
despiertan de su involuntario sueño
con un suspiro,
respondiendo a las suaves caricias del pincel
con silenciosos susurros
de melodías muertas, olvidadas, trasnochadas,
que hablan de viejas historias sin retorno,
sin principio ni final,
y que quedan suspendidas
del doble filo de la razón.
Berta Sanz Aldea. 1998.
"He soñado contigo" ADQUIRIDO |
"Añoranza rural" ADQUIRIDO |
"La Trova" ADQUIRIDO |
Un crepúsculo de Castilla,
en un coto cerrado de caza, unas botas sobre el fondo de una pared añil que
quiere ser cielo en su acabamiento, unas maderas que crujen sin que nadie las
pise, un suelo frío, un instante secreto que dota a los objetos de vida propia,
una ventana abierta al horizonte antiguo, un palacio o una catedral que se
yerguen como un ciprés para recordar una vida interior más plena. Momentos a
los que queremos o quisimos pertenecer pero nos está vedado regresar.
Apenas hay figuras humanas,
no hace falta. Los objetos como tardes de melancolía se bastan a sí mismos para
mostrar que quizás seamos nada ante su polvorienta eternidad, ante la carga de
existencia que sobrellevan. Los objetos tienen vida propia, una vida ajena que
en un tiempo pudo ser nuestra pero que quizás ya no lo sea. No hay mayor
presencia que la ausencia. Los objetos permanecen mostrando extrañas
correspondencias con su silencio ausente.
En el silencio de un
cuarto, un pincel como una cuchilla rasga el lienzo de la realidad para
inmortalizar e interpretar las ausencias con la profunda y mística sabiduría de
que fuera de nosotros no hay nada, sólo nuestra mirada.
José Luis Garrido, escritor. 1998.
"Acordes para un soportal" ADQUIRIDO |
Las ideas,
tenues gotas de lluvia rota, desgarrada…
caen, se deslizan por la almohada
y traspasando la tela de araña del fingido descanso
como fecundos acordes te empapan el alma,
te tienden la mano,
y al crepúsculo
indolentes de savia renovada
hacen germinar sigilosas
aquello que nos grita desde la distancia.
A veces,
el laberinto de los caminos de la realidad
no se deja ver por el frondoso follaje
de los setos de la imaginación.
Berta Sanz Aldea. 1998.
"Catedral de El Burgo de Osma" ADQUIRIDO |
Luis Alberto nos deleita
retratando con realismo objetos y personajes del siempre añorado pasado, añejos
inmuebles del patrimonio soriano, parajes desolados de cruda belleza,
manufacturas artesanales y fotos que a su vez son retratos de un siempre
siempre ansiado y bucólico pretérito. Si acaso el cardo seco, que junto con los
molinillos Elma y los frascos de medicinas reaparecen en la obra del autor a
modo de fetiches seculares, es lo único que pertenece, efímeramente, al
presente. El vidrio, la piel, la cerámica, la piedra, son las materias que él
conjuga en sus cuadros en una rigurosa armonía de hondo sabor a raíz.
Es su trazo la ambición
mora por la filigrana del techo nazarí, de la caligrafía sufí, o de la
orfebrería toledana; obsesión que evidencia su anhelo de perfección, de belleza
única, de eternidad.
Su color sin embargo es
atemperado (velado en ocasiones por su afición al blanco y negro, referencia
esta de la grisalla que induce de nuevo a rememorar el momento que nunca se
podrá volver a vivir), pulido, consigue la extraña tesitura del laconismo
místico y cordial, deseándose la espiritualidad de sus ambientes evocadores, a
veces misteriosos.
Por tanto, habla la
técnica de su carácter, formalmente bastante mozárabe, mientras que los colores
hablan de su alma, castellana de raza, logrando en esta dualidad un sincretismo
novedoso y prometedor.
En su temática naturalista,
la composición es escenográfica, entrañable e incipientemente jeroglífica. Con
su toque hiperrealista, Luis Alberto le hace guiños al mundo de lo onírico, del
surrealismo, verdadera vocación del artista, hasta ahora envainada y que
acertadamente blande por fin.
Pablo Jorge Delgado, escritor. 1998.
"Primeros pasos" ADQUIRIDO |
Tardes melancólicas de
historias trashumadas
reposan, se deslizan, se
cobijan en la almohada.
Abismo nocturno de escenas
ya pasadas,
Recortadas, desmembradas,
quizás hasta olvidadas…
que con blanco guante
abofetean la cara,
escupen veneno y los ojos
arañan,
retándote desde la
oscuridad a recordarlas.
Tal vez… ayer no dijeran
nada,
y hoy no quieras
escucharlas,
pero… ¿y mañana… quién
podrá acallarlas?
Berta Sanz Aldea. 1998.
"Eterno equilibrio" ADQUIRIDO |
La condena y la posibilidad
es habitar el tiempo. No hay salida por la tangente. Tal vez pensar el tiempo
en términos de puentes, de instantáneas antiguas recalificando el terreno del
presente. Las imágenes, así, anticiparán más allá de nuestro lugar lo que tras
la visión actual seremos. Porque la minuciosidad de la que es capaz el pintor -y
sólo el pintor- nos resitúa las cosas como lo haría alguien que dispusiera en
un cuarto vacío los elementos esenciales para habitar el tiempo, y sentirse
como en casa. La percepción, entonces, nos hablará el lenguaje universal de la
memoria del deseo. Finalmente nos reconoceremos obsesionados por el tiempo (fuera
de la pintura, construimos torres y campanarios y les colocamos un reloj) pero
no importará ya no poder salirse por la tangente. Habremos ganado un instante de
conocimiento a nuestro tiempo.
Francisco Martínez, filósofo. 1998.
"Entre el espanto y la ternura" ADQUIRIDO |
Sí amigos, todo un pequeño
continente de vida, amores y trabajos está desapareciendo. Castilla, como una
Nueva Atlántida, se sumerge para siempre engullendo gentes y paisaje. Un último
guerrero numantino ha visto cambiar el arado romano por el PC, el adobe por el
PVC y las forjas de hierro y madera por la carpintería metálica. El guerrero,
desplazado por banqueros y funcionarios, se ha refugiado cerca del mar y pinta
sin descanso todo aquello que aún recuerda. Él dice que es nostalgia. Nosotros
sabemos que es resistencia.
Álex Tornasol, escritor. 1998.
"Medicina medieval" ADQUIRIDO |
El artista como explorador
de sueños, al igual que los poetas, debe llevar a la pintura lo que éstos a las
palabras; el tiempo.
La pintura traiciona al
tiempo, lo de marca, lo paraliza para manipularlo, lo somete a la muerte. Quien
quiera puede evitar mirarla, pero debería abandonarse a contemplar los tintes,
los acuosos colores, la pasta...
Cuando el artista sufre
con el pincel en el lienzo sólo encuentra la liberación en sí mismo, en el
sabor de su propia sangre; cuando nosotros observamos su obra, formamos parte
de la presa de su libertad.
Juan Carlos Santos Romera, filósofo. 1998.
"El carrito de los helados" ADQUIRIDO |
A veces resulta triste
olvidar
y otras, tan necesario
como el aire que se respira.
Mas al olvidar persiste el
recuerdo,
como fiel acompañante de
la perdida memoria,
y el fingido olvido se
convierte
en constante lluvia de
escenas pasadas.
Berta Sanz Aldea. 1998.
"A lomos de la memoria" ADQUIRIDO |
Llega hasta mí, haciendo
nula la distancia, el olor de la tierra mojada, cuando una lluvia sin prisa,
lenta, suave, la ha acariciado; y el inconfundible olor a resina, sangrando
gota a gota, llanto silencioso y amargo del árbol resignado; y colándose en
toda esta añoranza, el olor del óleo, del aguarrás, del tiempo pasado con el
pincel en la mano, del qué pintar, del intento por capturar tanta nostalgia,
tanto recuerdo, tanta esperanza.
Berta Sanz Aldea. 1998.
"El ídolo" ADQUIRIDO |
Luis Alberto Romero. Vinuesa 1998.
Otro otoño en la altura de
Vinuesa
ha contado ya el verano en
su botín,
ha llegado y al sol
apagado ha puesto fin
en la tarde silenciosa.
Llueve sobre la plaza vieja.
De “Vinuesa”, en tu cuadro,
leída de un farol, estrecha la calleja,
sombría y solitaria es del
espacio dueña. Casi recta,
antigua, su figura pétrea
a los pies hurta sus huellas.
La hiedra y al fondo la
torre retan al tiempo, como Castilla: Eterna.
Una muralla, que fue
castillo, derruida, a la izquierda
con su imagen medieval, en
fotograma chimeneas y tejas:
“Son testigos del ayer”.
Dices a pincel gramatical, expresas
lo que añoras y sabes, lo
que sientes, todo lo que quieres a esta tierra.
Has pintado el paisaje, el
recuerdo y la idea juntos. Te inquieta
Quizá, que se olviden los
usos y los objetos y que con ellos se pierda
el personaje y la leyenda
y porque fueron, así permanezca.
“Sobre el lienzo compones
sin palabras”. “Son versos del Arte. Es belleza”.
Sincero ya tiene cuerpo,
el color preciso, las formas hechas, la textura exacta,
pero no calla. Te llama.
Escucha que te dice: Mírate el alma, ponme el alma.
Daniel Alejandro Contreras Uriel, escritor. 1998.
"Agua oxigenada" ADQUIRIDO |
Cascabel de la inocencia
es la idea consumada,
esqueleto de la paleta
desvalijada.
Hojas del árbol caídas
cual mariposas de
coloreadas alas recién estrenadas
revolotean sin descanso por
el huracán de la nostalgia.
Gotas de sangre perfumada,
lágrimas de una vela
olvidada ante la tumba solitaria.
Mareas desbocadas por la
luna de la razón
que luchan, chocan y huyen
atravesando el corazón.
Sinfonías de remotos
silencios, de lejanas miradas,
de siempre añoradas
palabras,
se consumen en el fuego
íntimo y seductor de la trampa
que hay oculta tras cada
pincelada.
Cascabel de la inocencia
es la idea consumada,
esqueleto de la paleta
desvalijada.
Berta Sanz Aldea. 1998.
"Música otoñal" ADQUIRIDO |
Ventana hacia el mar de acantilados y riscos,
olas que rompen en lágrimas por su inevitable destino,
pues jamás podrán llegar donde les está prohibido
y en su destierro de siglos, de sirenas y naufragios,
sueñan que algún día quizás encuentren el camino.
Y mientras, a este lado del mundo,
en su refugio del tiempo y entre recuerdos y libros,
el enamorado pintor se recrea inspira
con su olor, con su color, con su eterno movimiento,
deseando que sus húmedos labios le cubran de ideas los
lienzos.
Berta Sanz Aldea. 1999.
"Inspiración" ADQUIRIDO |
En la soledad del alma,
en el silencio del alba,
en la locura del drama,
llorando tu ausencia
mi corazón te llama.
Y, al igual que la rosa,
perdida su esencia,
entrega su color al
viento,
el Amor, perdida la
inocencia,
entrega su dolor al
tiempo.
Berta Sanz Aldea. 1999.
"Rosa de infancia" ADQUIRIDO |
"La vieja fábrica" ADQUIRIDO |
"Casa en ruinas" ADQUIRIDO |
"Ventanas con historia" ADQUIRIDO |
"Busto de San Saturio" ADQUIRIDO |
"Un breve instante entre dos tiempos" ADQUIRIDO |
"Urano" ADQUIRIDO |
"Retrato de Ali" ADQUIRIDO |
"Retrato de Ignacio Riera" ADQUIRIDO |
"Esperando a Luna" ADQUIRIDO |
"Gotas de infancia" ADQUIRIDO |
"Verano del 99" ADQUIRIDO |
"Algodón hidrófilo" ADQUIRIDO |
Te levantas en penumbra
en penumbra te vistes
sin etiquetas ni modas que
te cobijen.
Descalzo y sin red
paseas por el día
y el día cadencioso pasa
por el pincel:
…y devuelves la voz al
pasado
gritando su fugaz presente
y su doliente “ya fue”,
… y envuelves del presente
la nitidez
soñando el color de la
mirada
que hubiera tenido alguna
vez,
…y vuelves a creer en el
tiempo
iluminando sus frágiles
pétalos
para que así sean eternos.
Berta Sanz Aldea. 2000.
"El sonajero" ADQUIRIDO |
El discípulo.
¡Maestro, maestro! Quiero saber…:
¿Por qué caen del árbol
las hojas que el viento lleva?
¿Por qué la Luna es Luna aun
cuando yo no la vea,
y de dónde han salido el Sol
y tantas estrellas?
¿Por qué hay tanto
silencio en esa ciudad de piedra
donde todos preguntan y
nadie contesta?
¿Por qué los mayores
gritan, se enfadan y quejan,
y van con tanta prisa adonde
nunca llegan?
Y… responda: si el tiempo
siempre se está acabando,
¿quién lo rellena?
Berta Sanz Aldea. 2001.
"El discípulo" ADQUIRIDO |
1995-2004. Málaga. Un joven pintor profesional.
Es el tiempo de la
autoafirmación. Luis Alberto depura su técnica bajo los consejos de su maestro,
José Manuel Ruiz Blanco. El joven artista permanece durante un año como discípulo
suyo. Aflora un modo más maduro de concebir la pintura. Sus nuevos
conocimientos acusan en él su tendencia hacia el hiperrealismo. Es su maestro
también quien le introduce en los ambientes artísticos de la provincia
malacitana.
Todos estos movimientos dan paso
a una pintura más rica, seria, variada, aún más detallista (por momentos
absorta en la filigrana), convincente y luminosa. Los colores se enriquecen.
Clásico en la ejecución, en la concepción vanguardista, es así que retoma la
pintura academicista pero con aires nuevos de contemporaneidad (nuevas
texturas, soportes, formatos distintos). Mantiene en esencia, sin embargo, la
temática figurativa de su etapa anterior.
En el año 1996, presenta su
primera exposición individual profesional. Se instala en Alhaurín de la Torre y monta su propia
academia de pintura en Málaga capital. Son tiempos de esfuerzos ímprobos.
Pablo Jorge Delgado, escritor. 2010.
"Museo de Bellas Artes" ADQUIRIDO |
"Plaza Montaño 1" ADQUIRIDO |
"Fuera de cobertura" ADQUIRIDO |
"Mercaderes" |
"Sobremesa en el valle" ADQUIRIDO |
"La fábrica del colorao" ADQUIRIDO |
"Caballos místicos" ADQUIRIDO |
"Lunas" ADQUIRIDO |
"Azazael" ADQUIRIDO |
"Azael" ADQUIRIDO |
"Duérmete niña" ADQUIRIDO |
"Cuéntame un cuento" ADQUIRIDO |
"Biznaguero" ADQUIRIDO |
"Cenachero" ADQUIRIDO |
"La luz quedó en su respirar" ADQUIRIDO |
"Mirando al valle" ADQUIRIDO |
"Reflejos en el puerto" ADQUIRIDO |
"Arcos junto al río" ADQUIRIDO |
"Versos enamorados" "DESAPARECIDO" |
"El caballero del tiempo" |
"Érase una vez..." ADQUIRIDO |
"Bodegón con sandía" ADQUIRIDO |
"El hada del caracol" ADQUIRIDO |
"Theriaca" ADQUIRIDO |
"Rosmarinus" ADQUIRIDO |
"El Compromiso" ADQUIRIDO |
"Mirabile visu" ADQUIRIDO |
"Estudio del río Duero" ADQUIRIDO |
"Retrato otoñal" ADQUIRIDO |
"La Virgen María" ADQUIRIDO |
"Piedad para 2004" ADQUIRIDO |
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