"Planeta padre" |
La percepción que
se tiene del mundo depende de la distancia desde la que se observa.
"Planeta madre" |
Este proyecto se asienta en la complejidad de
percepción que se consigue al alterar la escala de ciertos elementos. Esta
falta de referencias escalares está unida a un interés constatado por la
representación sobre un plano de cualquier tipo de geografía. Se incluye
también en este trabajo la preocupación por nuestra materia interior, por la
esencia de la que estamos hechos, y que nos convierte a cada uno de nosotros en
un mundo único e irrepetible. Esta cuestión microscópica queda enlazada con el
universo telescópico, que es también uno de los temas recurrentes favoritos del
autor. Este trabajo está basado en la sangre y el cuerpo, y las distintas
maneras de acercarse a su percepción a través de símiles como mapas y planetas.
"Planetas cercanos I" |
“La figura humana siempre
marca una escala concreta. Cuando no se tiene de referencia a la figura humana, cualquier escala
puede sorprender. En fotografía, al acercarnos mucho a las cosas, el objetivo
de la cámara se convierte en
una nave espacial y nosotros en visitantes diminutos en un espacio micro, al que
podemos prestar gran atención, en una especie de introspección. Podemos
acercarnos de manera extrema, hasta buscar en el interior, para descubrir un universo de
minimalismo, seriación y secuencialidad”.
Vicente Alemany, profesor,
teórico y artista.
"Planetas cercanos II" |
Joan Fontcuberta presentaba en su serie
“Hemogramas” una colección de visiones fabulosas sobre la sangre, donde la
escala no puede concretarse al no aparecer ninguna referencia concreta de otros
elementos. De esta manera, sus “contravisiones” nos dan un toque de atención
hacia lo que parece ser algo pero puede ser otra cosa distinta.
Con
relación al mundo de los mapas y la piel, el artista de Costa Rica Javier Calvo
ha realizado diversas intervenciones, en su caso para tratar el tema de la
identidad y la raza. Así por ejemplo, aparecen sobre su pecho mapas de su país,
que van integrándose con el color de la piel.
Al margen de la sangre y la piel, el artista
belga Wim Delvoye trabaja en su serie “Atlas” sobre el concepto de mapa
imaginario, a través de una serie de representaciones ficticias de cartografías
en las que inserta formas apenas reconocibles como partes de la geografía
inventada.
El
cuerpo humano posee unos límites definidos por la piel. Así, podríamos
considerar que nuestro cuerpo es un elemento aislado del entorno en que
vivimos, un ente estanco, aséptico y pulcro. Sin embargo, son muchas las sustancias
que emanan casi constantemente de nuestro cuerpo, y otras que surgen como
consecuencia de ciclos naturales, desajustes o heridas. Todos estos elementos
nos recuerdan nuestra naturaleza orgánica, animal, falible y vulnerable.
"Planeta ventral" |
Listado de diversos elementos, fluidos y
secreciones, que pueden emanar del cuerpo humano, masculino y/o femenino
|
Ácido gástrico
Cabellos
Caspa
Cera
Dientes
Esputos
Flujo vaginal
Grasa
Lágrimas
Leche
Legañas
Líquido amniótico
Líquido preseminal
Mocos
Orina
Óvulo menstrual
Piel
Placenta
Postillas
Pus
Saliva
Sangre
Semen
Sudor
Tapón mucoso
Uñas
Uñeros
|
"Isla corpórea" |
José Miguel García Cortés (2006) nos advierte
del peligro que supone, como simbolismo corporal, todo lo que sea un
desperdicio del cuerpo:
Todo aquello que hace referencia
a los límites del cuerpo, que atraviesa sus fronteras (cualquiera de sus
orificios), que signifique restos corporales (de piel, uñas, pelo…), que brote
de él (esputos, sangre, leche, semen,…), tiene el calificativo de altamente
peligroso, de impuro. (p. 37)
"Isla Perdida" |
La sangre es el elemento que simboliza
directamente el dolor, el sufrimiento, la herida, la enfermedad,… Cuando la
sangre surge al exterior, algo negativo está ocurriendo.
"Mapa interior I" |
André Lhote (1943)
nos comenta:
El
paisaje barroco es un verdadero microcosmos en el que se confunden todos los
elementos. Ese resumen del universo está dotado de gravitación. Es, en torno a
un centro ideal, algo así como la gran trituración primitiva, cuyos elementos
parecen apenas enfriados.
"Mapa interior II" |
Leonardo Da Vinci, en su “Tratado de Pintura”,
aconseja al pintor mirar en los viejos muros para descubrir intrincados
paisajes en miniatura, que pueden servir de base para futuras obras. De igual
modo la sangre microscópica sugiere multitud de paisajes, terrenos y mapas.
En una entrevista
televisiva, el fotógrafo Chema Madoz explica que “trabajar sólo con objetos es
una limitación, en la medida de que se marca un campo de acción muy concreto,
que se entiende o se supone en un primer golpe de vista como algo bastante
limitado; pero ahí se produce un efecto curioso, casi de juntar el microcosmos
y el macrocosmos, de una mirada casi como de asomarse a un microscopio y entrar
en una idea de realidad o de naturaleza muchísimo más amplia de lo que se
pudiera haber supuesto en un primer momento”.
"Mapa interior III" |
El microcosmos que conforma la sangre que nos inunda, a una escala a la que no estamos acostumbrados a observar, a través del microscopio, nos ofrece un nuevo universo, un territorio interior, desconocido y desconcertante, de escenas imprevistas e irrepetibles. A medida que nos acercamos más y más a ese universo, las imágenes obtenidas pueden parecerse a las anteriores, pero a un nivel cada vez más aproximativo, de la misma manera que los fractales mantienen su forma al reducir su escala, en un empeño de autosimilitud. Estas imágenes, en sí mismas, o fusionadas con escenas del mundo a escala natural, crean una serie de nuevas ilusiones plásticas muy sugerentes.
"Mapa interior IV" |
Omar Calabrese (1989) trata el tema de los
fractales, las turbulencias, el caos y la complejidad, como ciertos elementos
muy presentes en el arte y la sociedad actual:
Se entiende por “fractal”
cualquier cosa cuya forma sea extremadamente irregular, extremadamente interrumpida
o accidentada, cualquiera que sea la escala en que la examinamos. Los objetos
fractales son muy frecuentes en la naturaleza: lo accidentado de una costa, el
perfil de los copos de nieve, la forma de los cráteres de la luna, una red
fluvial…
Estamos habituados a pensar en
la dimensión en términos de unidad: 0 dimensión para el punto, 1 para la línea,
2 para la superficie, 3 para el volumen. En cambio, un caso de “monstruosidad”
geométrica es la exigencia de dimensiones no enteras, correspondientes a fracciones.
Exactamente las dimensiones fractales.
Tres son las propiedades de los
objetos fractales: carácter casual, carácter gradual y carácter teragónico.
Esta es precisamente la estética de los monstruos, elementos de altísima
fragmentación figurativa, dotados de ritmo y repetición gradual, y cuya forma
se debe al azar.
"Mapa interior V" |
REFERENCIAS
Calabrese, O. (1989). La era neobarroca.
Madrid, España. Cátedra.
García Cortés,
J. M. (2006). Orden y caos.
Barcelona, España. Anagrama.
Lhote, A. (1943).
Tratado del paisaje. Buenos Aires,
Argentina. Poseidón.
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